domingo, 10 de julio de 2011

Por qué? Por qué? Por qué?



Ahora sí que voy a vivir como se llama auténticamente este blog Suprema Soledad, tanto vanagloriarme de mi soledad elegida, pero resulta que ayer mi hija me dice que se va a ir a vivir sola y entonces caigo en una especie de shock en el que me doy cuenta que en realidad yo no estaba absolutamente sola, porque aunque ella está muy poco en casa, cuando está la llena con su risa, con su energía, con sus ganas de vivir y sin darme cuenta me contagia todo eso y entonces ahora pienso que todo eso no lo voy a tener salvo algún fin de semana y se me hace un nudo en el pecho del que me cuesta desprenderme desde ayer cuando lo supe,
 No, esta no era la soledad de la cual yo hablaba o mejor dicho escribía, no me refería a que me siento bien en soledad absoluta, me siento bien en esa soledad pero con la presencia de mi hija cerca, sólo ella, no imagino otra persona que pueda estar cerca mío que no sea ella.
 Yo ya perdí una hija hace dieciseis años, la leucemia se la llevó y ahora la vida se me lleva a la más chica. Me cuesta, no me cuesta entenderlo, es perfectamente lógico y natural, es lo que tendría que haber sucedido con la mayor y no esa partida temprana hacia la eternidad del Cielo, pero no puedo imaginarme las mañanas sin mi Marina, las noches sin mi Marina, los domingos sin mi Marina, no puedo imaginarme vivir sin su risa, sin sus imitaciones de Violencia Rivas que le salen igualita, sin nuestras conversaciones, sin nuestras sesiones de risa a carcajadas por cualquier bobada, es mucho lo vivido al lado de mi hija de veinticinco años, y no hay nadie más para que me acompañe, y aunque lo hubiera, nadie podría reemplazarla, como nunca nadie pudo reemplar a Noelia, aunque no puedo negar que la presencia de Marina aunque era chiquita, solamente ocho añitos en ese entonces significó para mí una motivación muy fuerte para seguir viviendo.
 Ahora no, ahora ya no es así, ahora ya tengo cincuenta y ocho años, y ya estoy cansada de vivir, solamente Marina me sostenía después de la partida de su hermanita y luego de su padre que nos abandonó por otra mujer. Ahora no me queda nada, ahora queda el nido absolutamente vacío... Ese nido que una vez formé para que cuando llegara este tiempo estuviera lleno de polluelos junto a sus abuelitos y llenos de hijas e hijos y sus esposos y esposas, pero no quiso Dios que esa fuera mi vida, me sigue probando, sigue probando mi fe, Padre... hasta cuándo tendré que hacerlo? Hasta cuándo tendré que demostrarte que tengo fe, que creo en vos y en tu Hijo Jesucristo? Por qué seguís probándome a mí? Por qué? Por qué? por  qué..

No hay comentarios:

Publicar un comentario