viernes, 15 de julio de 2011

Líneas dispares


Si hay algo que yo no puedo decir de mi vida es que haya sido una monótona linea recta dirigida hacia un solo rumbo, para nada. Ha sido todo lo contrario una línea llena de ondulaciones a veces curvas a veces enormes otras pequeños picos que suben y bajan con mayor o menor frecuencia, profundidad o longitud.
 Creo que si alguien quisiera analizar mi vida por esa línea dibujada en un gran mapa y luego lo enmarcara y lo colgara en una pared, cualquiera que pasara podría decir claramente que es una obra de arte, pero no por su contenido intrínseco, el que mirara no sabría que es la línea de una vida, creería que es pura imaginación del autor del cuadro y creo yo que no estaría equivocado si lo calificara de surrealismo con mucha creatividad.
 Todo esto como introito sólo para decir que una vez más mi vida cambia el rumbo, por lo menos de lo proyectado hasta la entrada anterior.
 Y... la vida tiene estas cosas... resulta que ayer me descompuse del corazón con un ritmo cardíaco tipo "galope" dijo el médico (130 pulsaciones por minuto), con orden urgente de electrocardiograma y casi inevitable internación, motivo por el cual la idea de mi hija de irse de casa se quedó guardada en el cajón de los "ahora imposible, después vemos". Y por lo tanto mi soledad absluta postergada, de lo cual me alegro, aunque juro por todo lo más sagrado que tengo que yo no hice nada adrede para que eso ocurriera. Quizás algunas acontecimientos de la vida debemos tomarlos como señales, como "avisos" que nos manda Dios, para una u otra cosa, tal vez para mi hija un tipo de toma de decisiones y para mí otras.
 Por supuesto que yo le dije que por mi salud no cambiara nada de sus planes, que yo tengo mi servicio de urgencia,  mi prepaga, mi obra social, y todo a mi alcance para poder solucionar sola cualquier inconveniente de este tipo de urgencia, hasta cuando ella pueda acomodar sus cosas y acercarse a verme.
 Desde ya que me dijo que no. que el tema de su mudanza quedaba descartado porque no sólo se trataba de si yo estaba enferma sino también de que ella sentía que me extrañaría mucho, como yo a ella como es de saber.
 Por lo tanto, volvimos a casa, tomé un lexotanil, mis medicamentos de la noche y me acosté, ya había disminuído el ritmo cardíaco así que no fui a hacerme ningún electro ni a ver ningún cardiólogo, al acostarme ya me sentía mejor, luego dormí sino con la placidez que lo hago habitualmente lo bastante bien como para no pensaar en que me vea otro médico y quiera internarme cosa que no haré nunca más en absoluto y que ya lo tengo decidido hace mucho.
 Sí es necesario que cumpla con la orden de comer absolutamente sin sal y que debo bajar un poquito de peso para ayudar a mi corazón a trabajar mejor.
 Al fin, como dije anteriormente, una nueva variación en mi vida, mi hija no se va, seguiremos juntas, aunque probablemente deje su trabajo y se dedique por completo a sus estudios para poder terminarlos cuanto antes y luego trabajar con ellos. Continuar con la fotografía como hobbie y parece que quiere comenzar a estudiar francés. Ella es profesora de inglés pero tiene facilidad para todos los idiomas, así es que no me parece mal que lo haga siempre y cuando no siga distrayendo los estudios universitarios que son lo más importante.
 Y yo seguiré aquí, tratando de cuidarme mucho más de lo que lo hago para ver si los médicos alguna vez no se equivocan y llego a tener por lo menos una mejor calidad de vida con motivo de los cuidados recomendados por la honorable y nunca bien ponderada (reventada) medicina. Téngase presente.

La imagen es la obra Composición del artista plástico Kandinsky

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