martes, 28 de junio de 2011

SOLEDAD ELEGIDA

Vivimos en una sociedad de muchos roles y estereotipos sociales. La idea de que una pareja aporta felicidad produce una gran frustración y decepción en aquellas personas que no la han encontrado hasta el punto de esclavizarse a si mismas con la idea de la imperfección.
Tal vez se idealiza el amor de pareja porque tendemos a quedarnos con esa sensación de emociones que se viven de forma natural al principio del enamoramiento. Pero esas sensaciones caen con el paso de los meses y de los años. Además, aunque desde fuera todas parejas parezcan perfectas la realidad es que no lo son y muchas se mantienen por pura inercia, por apariencia, por miedo a la soledad o por dependencia psicológica.
La soledad elegida parece difícil de comprender a nivel social. Pero existen personas convencidas al cien por cien de que no quieren asumir el precio que implica compartir la vida con otra persona: por ejemplo, pérdida de espacio vital, pérdida de autonomía e independencia, incluso, hay personas que tienen claro que no quieren tener hijos.
Una persona soltera puede disfrutar de su juventud durante más tiempo puesto que la realidad es que tener hijos implica hacer frente a muchas responsabilidades. Además, una persona que vive sola puede tener un tejido social amplio gracias a amistades, a la familia y a ligues que no se concreten en un matrimonio.
Sin embargo, a nivel social parece que existe una especie de presión para encontrar pareja y seguir los estereotipos marcados por el entorno. Por ejemplo, es habitual que una persona que esté en desempleo tenga que escuchar de forma constante preguntas que le recuerden su situación laboral. Estas preguntas lejos de ayudar a un desempleado le hacen daño puesto que no es positivo que a alguien que está buscando un trabajo se le pregunte día sí y día también a ver si le han llamado de una empresa.
Del mismo modo, a veces, a una persona soltera especialmente a partir de una edad, se le pregunta con regularidad a ver si está quedando con alguien o tiene algún interés especial en alguien. Aunque parezca extraño, encontrar una pareja no es un objetivo vital para todo ser humano puesto que cada persona tiene sus propias aspiraciones, inquietudes y su proyecto de vida. A veces, el proyecto de vida que tiene una persona puede ser incompatible con la idea de mantener un matrimonio y formar una familia.
La conclusión de este artículo es evidente: tener pareja es un regalo que aporta muchos puntos positivos a los protagonistas de una historia de amor cuando esa relación está basada en la comunicación y el respeto. Sin embargo, la soledad elegida también es un regalo para aquellos que deciden apostar por un modo de vida diferente. De hecho, la soledad permite a cualquier persona conocerse mejor a sí misma. Lo que siempre debes evitar es engañarte y pensar que te sientes bien en soledad cuando dentro de ti mismo te gustaría conocer a una persona especial.

Fuente. Maite. blogs mobifriends.com

sábado, 25 de junio de 2011

¿Soledad o alienación?




Me pregunto, hoy justamente que estoy absolutamente sola, aunque diariamente lo estoy durante todo el día, salvo en las noches que llega mi hija de estudiar y trabajar y entonces es la única hora del día que estoy un ratito acompañada, pero decía... me pregunto: ¿Por qué la mayoría de la gente le teme tanto a la soledad? ¿Por qué todo el mundo cree que estando siempre acompañados estamos mejor? ¿Por qué en general se le tiene compasión a la o el solitaria/o? ¿Por qué la mayoría de nuestros familiares y amigos nos presionan para que dejemos nuestra elegida soledad y salgamos de nuestros refugios en busca de compañía, relaciones sociales o eventos sociales? No dudo que lo hacen creyendo que nos hacen un bien, pero están todos muy equivocados.
 Nosotros, los solitarios, y más aún los que hemos elegido esta forma de vida, que quizás comenzó sin quererlo, sin desearlo, pero que después notamos que era mejor para nuestros maltrechos cuerpos y corazones, en general vivimos más tranquilos, menos angustiados y bastante más en paz que todos aquellos que nos critican o que nos quieren obligar a insertarnos en una vida que quizás... ¿no se lo preguntaron alguna vez? ...ahora rechazamos, ya no la necesitamos, ya la conocemos y hemos encontrado otra donde podemos ser hasta más felices... sí, aunque le parezca ilógico o loco a alguien que lea esto, pero muchos de nosotros disfrutamos nuestra soledad sospecho que mucho más de lo que tantos de nuestros familiares o amigos (que siguen en contacto vía virtual porque por nuestro autoaislamiento ya no los vemos) y al final vivimos más en paz y seguramente muchas veces bastante más felices. A veces ciertos refranes tienen mucha razón "más vale solo que mal acompañado", es uno de ellos.
 Sin embargo, los que viven acompañados, rodeados de mucha gente, en alboroto y bullicio casi permanente, continuamente presionados por sus diversa vida social y sus incontables actividades, no sólo laborales, que esas las podemos tener todos, sino también eventos familiares y amistosos, sociales, deportivos y de todo tipo,  he notado que hasta hablan más fuerte.
 Otro síntoma, siempre están mucho más nerviosos que nosotros los y las solitario/as y siempre se quejan de algún malestar, dolor de cabeza, presión alta, mareos en fin todo el muestrario de síntomas propios del estrés, la enfermedad de los dos últimos siglos, originada precisamente en una vida globalizada, donde la soledad es tomada como una enfermedad y no como algunos la elegimos, un modo de vida para sentirnos mejor.
 Nosotros aprendimos a disfrutar de los sonidos del silencio, de la actividad de leer, algo tan placentero, la de descansar muchas horas, algo que hace muy bien al organismo, la de soñar! Sí, porque cuando se duerme poco ni soñar se puede y eso altera la mente.  El  contacto más frecuente con la naturaleza toda... con los animales, con las plantas, con los elementos...una conexión con lo que fue nuestro origen, algo que a pesar de esta vida alienante que a quienes sólo les interesa obtener riqueza y poder,  lleva a ese otra masa amorfa de gente que quizás quisiera vivir más en paz y no puede porque este mundo globalizado y alienado en el que vivimos no se lo permite, un contacto decía... que nunca debimos perder.

Fin de samana en soledad total



Hoy me quedé sola desde temprano y será hasta la tarde del domingo, es la soledad total, absoluta con la sola compañía de mis gatos y mis perros que hacen sus vidas y de los que me ocupo sí que tengan para comer, quitarse la sed, estar calentitos ahora que hace tanto frío y unos pocos mimos de vez en cuando. Fuera de ellos, no hice nada más que comer brevemente al mediodía y algo caliente ahora a la noche y luego todo el día dedicarme a mis blogs.
 Cómo me gusta esta tarea... Ayer hablando de este tema con mi hija me decía ella que por qué no hacía un curso de diseño gráfico pero para computación, porque ella ve que yo estoy muy entusiasmada con esto y no me pareció mala la idea, sólo que a mí me gusta hacerlo así... sola... ir descubriendo de a poco cada misterio de este mundo virtual desconocido hasta hace un tiempo de manera total y que ahora me tiene obnubilada con sus posibilidades.
 Todos los días me estoy dedicando a renovar un blog diferente, es que tengo varios y a algunos hace meses que no les hago ninguna entrada y cuando esta semana comencé a recorrerlos me dí cuenta lo solitarios, aburridos y desactualizados que estaban.
 Sucede que me he estado dedicando más a los que más auditorio tienen y por otra parte me lleva algunos días bastante tiempo del que ocupo para estar aquí esa red social que ya aborrezco y no sé por qué sigo estando llamada facebook.
 La verdad es que no me voy definitivamente porque está mi hija y por las dudas que alguien la agreda yo salgo a defenderla, pero eso y uno que otro saludo de cumpleaños, no hago otra cosa allí.
 Realmente al comprobar lo creativo que puede ser tener un blog, donde no solamente se pueden expresar como en esta oportunidad lo estoy haciendo yo situaciones cotidianas sino también temas científicos, culturales, artísticos, sociales, y de todo orden, inclusive personales y cualquiera de ellos uno puede hacerlos públicos y permitir un comentario o cerrarlo al público y que sea una especie de diario personal que uno usa para desahogarse y contar lo que uno quiera sin ningún tipo de limitación.
 Además, los blogs tienen la posibilidad de renovar cuantas veces queramos la plantilla y de este modo activar todo nuestro caudal imaginativo porque la verdad que blogger nos provee de las herramientas necesarias para hacer de cada uno de ellos una verdadera innovación. Y esto particularmente es lo que más me gusta a mí, aunque no debo negar que también mi fuerte es escribir y expresarme y por lo tanto, repito, aquí lo tengo todo y me siento feliz.
 Sinceramene hoy la soledad absoluta en la que me encuentro no me pesó para nada, todo lo contrario hice dos o tres pequeñas cosas en la casa pero como estoy sola no se desordenó ni se ensució y si bien no se produjo un llamado telefónico que esperaba, de alguna manera me alegro, eso significa que esa persona me interesa menos de lo que yo misma creo a veces y eso está bueno, porque realmente no me merece.
 Esto no significa agrandarme ni mucho menos, pero es la realidad. Si uno tiene cerca a una persona que lo ama, que se preocupa por uno, que está siempre atenta a cualquier cosa que le suceda, lo llama por teléfono, le envía mails y mensajes de texto que nunca son contestados y esa persona hace caso omiso de todas esas atenciones, entonces esa persona no merece a la otra. En realidad a veces pienso que todo lo que yo hago es un desperdicio de tiempo, energía y sobre todo amor... pero esto último es lo más difícil de erradicar del alma humana cuando se está sintiendo.

viernes, 3 de junio de 2011

La soledad... esa extraña compañera...


La soledad... esa extraña compañera... ora la necesitamos, ora la despreciamos... Es que así somos los seres humanos, impredecibles, inestables, contradictorios y hasta a veces incoherentes. Y no voy a caer en la falsa modestia  de decir que sólo yo lo soy, no, los años que llevo viviendo me han dado la suficiente experiencia como para poder decir que la generalidad de la sociedad, del ser humano en particular, de la gente, siente esto.
 Es cierto que habemos seres más solitarios que otros, entre los cuales me incluyo, pero esto no fue siempre así. Hubo un tiempo en que vivía rodeada de gente, tanto en mi casa como en mi trabajo, en mis viajes hacia él y hasta en los fines de semana. Recuerdo perfectamente que no necesitaba estar sola con la urgencia y la premura que lo necesito ahora, justamente ahora que sufro por los que se me fueron.
 Creo que lo que ha pasado es que han sido tantas las pérdidas afectivas importantes, tantos los dolores sufridos, tantos los momentos límites que ya no puedo estar en medio de grupos bulliciosos y alegres. Es que además de solitaria soy una mujer melancólica y con el alma dolorida. Una de mis pérdidas fue demasiado inmensa como para poder sobreponerme a ella y disfrutar el entorno social como lo hacía o como lo hace la generalidad de las personas en la actualidad.
 Aunque, en honor a la verdad, debo decir que si bien disfruto mucho de mis momentos de soledad absoluta, aquellos en los que mi alma se arrebuja en antiguos recuerdos de felicidad completa y se retrotrae a momentos de infinita paz y sosiego; también es cierto que a veces, en contadas ocasiones añoro aquella vida un tanto mundana y muy social que hice hace algunos años.
 En definitiva, debo ser sincera y aclarar que lo que más extraño, son los momentos de compañía unipersonal, aquellos en los que el hombre que amé toda la vida estuvo a mi lado. Por eso es que espero con toda mi alma no perder jamás la memoria, que hasta el último instante de mi vida yo pueda recurrir a alguno de esos momentos de grata compañía y de vivencias amorosas tiernas algunas y apasionadas otras vividas junto al hombre que siempre amé para que me acompañen y sean hasta el último instante mi visión auténtica de la vida feliz en este mundo. Eso espero.