domingo, 20 de noviembre de 2011

Se terminó







Parece demasiado lejano el día de la última entrada, porque ahora reina en mi la soledad, nuevamente como otras veces, pero sinceramente creo que ésta vez es la definitiva, la soledad para siempre. 
 Se rompió el fino hilo que nos unía y hoy me encuentro en la más absoluta de las tristezas. Llueve y recuerdo cuando te enviaba un mensaje o vos a mí "Llueve y pienso en vos..." 
 Eso ya no ocurre más porque terminamos con esto que no sabemos muy bien qué era. Para mí era amor, para vos... bueno... mejor dejo la incógnita aunque para mi no lo es, por eso se terminó porque cuando hay amor de las dos partes no se termina un amor por pequeñeces como la que vivimos nosotros.
 Bueno, ya te dejé en paz, ahora la que no tiene paz, sólo tristeza, dolor y soledad soy yo. Nunca voy a olvidarte y nunca más podré ya sentir un amor como éste, el tiempo se acaba y a mí siento que me queda muy poco... 



miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hoy es tu cumpleaños mi amor


Hoy es tu cumpleaños mi amor y la soledad se trasunta en la imposibilidad de estar a tu lado. No se trata de mi soledad de todos los días, no, se trata de que no puedo estar con vos, de que estoy tan lejos de vos y de tu vida y entonces vuelve la pregunta de siempre, la de toda la vida...¿Por qué? ¿Por qué fue así y no como lo imaginamos siendo jovencitos y amándonos tanto? Hay mucha gente que logra mantenerse junta toda la vida habiéndose conocido en la adolescencia, que no sea tan común hoy no significa que no se haya dado mucho en nuestra generación y que no se de nunca.
 Conozco esa clase de gente y los veo casi a diario y me pregunto ¿Por qué no nosotros? Como me pregunto cuando veo una madre con su hija adulta y madre ¿Por qué no la mía? ¿Por qué la mía ya no está? La pregunta también aparece cuando veo dos hermanos grandes que ya no solo comparten los sobrinos sino hasta los sobrinos nietos, y entonces la pregunta sigue repitiéndose ¿Por qué yo no? ¿Por qué el mío, mi único hermano partió también adolescente como mi hija, dejando ambos esta familia mutilada y chiquita? Esta familia que tiene tres integrantes, una de las cuales mi madre, está tan enferma de la cabeza que es como no tenerla. En definitiva somos una familia de dos, mi hija y yo, y con una familia de dos no se puede ser feliz a mi edad. Ella mi hija, por lo menos es joven y logra ser feliz, yo ya no, yo ya no puedo, siento que tengo como terminada la vida, como si ya no pudiera hacer nada más en ella.
 Hoy es tu cumpleaños mi amor y no puedo estar con vos, pero he estado todo el día con mi pensamiento, he escrito en casi todos mis blogs, lo que no puedo decirte directamente, son las siete de la tarade, ya a esta hora me cuesta mostrarme feliz, se está yendo tu cumpleaños o justo a esta hora estarás por festejar con una cena en tu casa o en otro lugar, no lo sé, no me animo a enviarte ningún mensaje más, temo molestar tu día en familia, pero me muero por decirte que te amo y que lamento con todo mi ser no ser la que quería ser y hoy estar con vos... igual... te amo inmensamente.

Melan.

 

domingo, 25 de septiembre de 2011

La soledad y yo


Hay días como hoy en que la soledad me abruma. Quizás sea la nueva primavera que ha llegado con sus tibiezas y sus colores, o tal vez, que el amor asoma a mi ventana pero no puede llegar más cerca y entonces yo me siento presa entre estas paredes que forman la caverna en que convertí mi casa para huir del ruido y del mundano devenir de los días y el futuro, que nunca lo es para mí, como no lo es el presente, porque para mí sólo es cierto lo que he vivido, el pasado, sólo en el pasado sucedieron las cosas más bellas de mi vida y también algunas... decididamente dramáticas.
 Pero todas fueron en el pasado y tanto si fueran felices como dramáticas siempre estuve acompañada, nunca estuve sola y me refiero del año dos mil para atrás, porque fue hace exactamente doce años que comencé esta etapa de soledad que sólo esporádicamente la viví en compañía, solo así, de vez en cuando y lo peor de todo es que en algunos de esos años hasta hace tres viví la soledad absoluta en una cama de hospital, en una terapia intensiva, que es la peor soledad, la de todo lo que hace que un ser humano se sienta tal y comience a sentirse sólo un objeto, un cuerpo desnudo al que cuidan sí, pero únicamente en sus funciones vitales, no existe allí ni un ápice de expresión emocional. En las terapias intensivas es como si uno aunque no tuviera una experiencia cercana a la muerte, igualmente el espíritu desapareciera (por lo menos para los demás, médicos y enfermeras sobre todo y más aún si son del SANATORIO GÜEMES de Buenos Aires) y uno se transformara en un cuerpo inerte, en prácticamente una persona muerta a la que hay que revivir, o una persona en coma a la que hay que mantener con vida, pero no se le da ni un sólo gesto de cariño o de sensibilidad, así son ellos y así tratan a la gente en esos lugares.
 Desde que estuve en ese tenebroso lugar es que quedé así, con un inmenso miedo a volver a enfermarme y a dejar todo porque todo significaba posibilidad de recaer y tener que reingresar a ese depósito de personas enfermas que es el SANATORIO GÜEMES DE BUENOS AIRES = DEPÓSITO DE PERSONAS= COMERCIANTES SIN ESCRÚPULOS, como también todas las OBRAS SOCIALES que con ellos contratan y no les importa nada todo lo mal que tratan a los pacientes con tal de seguir cobrando los médicos que lo hacen sus infames coimas.
 Eso fue lo que me hizo tanto daño y me arrepiento de no haberles hecho juicio de daños y perjuicios por el mal que me hicieron, tuve mucho miedo después que salí de allí y eso trajo muchos perjuicios a mi salud anímica, podría haberlo probado todo. Pero no importa, ya tendrán su castigo en otro juicio que es el que más vale, quien sabe no lo estén sufriendo ya algunos de esos matasanos que hay allí.
 Estuve un rato conversando con mi hija y como siempre me hizo bien, me siento mejor, su conversación me alegra, está tan llena de alegría y de energía mi linda nena que me contagia, por eso la extraño mucho cuando no está o cuando como ayer no puedo hablar con ella porque estuvo todo el día con una amiga. Es lógico y normal que esto suceda y yo lo apruebo totalmente pero eso no quita que extrañe las conversaciones que ambas tenemos.
 Bueno, creo que empecé con que me abruma la soledad pero ya no la siento tanto después de haber charlado con mi hija, aunque... igual... me encantaría que el hombre que amo estuviera más cerca de lo que está de mí.

martes, 23 de agosto de 2011

Pablo Neruda - Poema XVII - Pensando, enredando sombras en la profunda soledad





Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.

Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.

Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes,

enterrando lámparas.

Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!

Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías,

molinero taciturno,

se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.



Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.

Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.

Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.

El grito frente al mar, entre las piedras,

corriendo libre, loco, en el vaho del mar.

La furia triste, el grito, la soledad del mar.

Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.



Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla

de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.

Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.

Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.

Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.

Y mi alma baila herida de virutas de fuego.

Quien llama? Qué silencio poblado de ecos?

Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad,

hora mía entre todas!



Bocina en que el viento pasa cantando.

Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.

Sacudida de todas las raíces,

asalto de todas las olas!

Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.



Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad.

Quién eres tú, quién eres?
 
 
 
PABLO NERUDA

lunes, 22 de agosto de 2011

Soledad y ausencia de amor


Tengo que reconocer a esta altura que la soledad sin amor es realmente la que más se siente y duele.
Mientras uno está acompañado aunque sólo sea a la distancia, pero con sentimiento, del auténtico, del genuino, de ese que se siente y se percibe hasta en pequeños detalles, la soledad hasta es disfrutada, buscada, necesitada sino para verlo por lo menos para pensar en el ser amado o para recordar momentos pasados juntos.
 Pero cuando todo eso ya no existe, cuando todas esas sensaciones forman parte del pasado y una se encuentra con que la soledad no tiene asideros de dónde tomarse para no serlo tanto, cuando estar sola no significa una necesidad de privacidad para desparramar por todos lados nuestros sentimientos felices de amor correspondido, entonces, aunque elegida, aunque buscada, comienza a tornarse triste y la soledad y la tristeza no son amigas.
 La soledad tiene que estar llena de otras cosas, sin serlo de personas, de actividades, de satisfacciones personales, pero sobre todo tiene que estar llena de amor. Sinceramente no creo que no pueda existir amor sin convivencia y sin estar juntos periódicamente, soy muy sensible y me alcanzan las palabras y las comunicaciones de todo tipo para sentirme feliz y sentir al ser amado cerca mío, pero cuando esto no se da, entonces la soledad deja entrar a la tristeza y con ella entran a mi corazón todos los sentimientos que me agobian el alma, la ausencia de amor a la vida sobre todo, que es lo más peligroso, porque con ella viene la depresión que ya es una enfermedad y muy difícil de poder controlar cuando se instaló en nosotros.
 Así están las cosas ahora en mi vida, reina soledad y falta de amor, quién sabe qué pasará conmigo.

domingo, 31 de julio de 2011

Soledad se llama libertad


Y hablando de soledad yo tengo una perspectiva propia, basada en la experiencia de doce años sola, me refiero a la soledad de pareja por supuesto.
 Creo firmemente que la soledad de pareja no es lo más saludable,  lo cual no implica que sea un martirio en ola vida. Pero en este caso me refiero a quien no tiene nadie que lo ame o alguien a quien amar. El tema pasa por si uno está enamorado o con interés por alguna persona en particular o no.
 En caso de estar enamorado de alguien y no poder convivir no es un problema, más bien creo que es lo ideal, tener una pareja no conviviente es lo más saludable que pueda tener una persona sana mentalmente, porque después de haber convivido muchos años con alguien, haber tenido un matrimonio e hijos desde muy joven y llegar a los cuarenta años y quedarse sola, no significa, más allá de lo materialmente hablando, ningún perjuicio, todo lo contrario, una por fin se siente libre y desea vivir todo aquello que postergó durante años por las enormes responsabilidades que conllevan a llevar adelante una familia. Eso siempre y cuando no hayan quedado hijos muy chiquitos, pero si ya son adolescentes, una comienza a conocer lo que es realmente la libertad y de verdad puedo decir que es muy  bueno sentirla.
 Esa libertad que nos permite no tener obligaciones los sábados y domingos por ejemplo, porque ya no vendrá la familia de él a comer a casa y una que trabajó toda la semana como una burra, tenga que estar el domingo nuevamente preparando la casa, la comida, y hasta lo que se va a servir a la tarde porque "se reúne la gran familia". Ahhh... qué placer es cuando uno ya está sola despertarse a las doce, comprar algo hecho para comer con la hija y después tener todo el día para lo que uno quiera.
 Durante la semana también se nota. Yo por ejemplo siempre me levanté temprano para el desayuno de mis hijas pero cuando estaba en pareja, al irse mi hija, casi obligatoriamente debía prepararme para una sesión de sexo mañanero que muchísimas veces no tuve ganas de tener y sin embargo... también  muchas veces terminaba accediendo para evitar las discusiones y la cara de perro. Otras en cambio, no era esto pero había que quedarse levantada porque "¡Cómo te vas a volver a acostar a las siete y media de la mañana!" Nooooo, ya pasó el tiempo de dormir, a preparar el mate y a leer el diario hasta las diez en que el susodicho consorte se iba a bañar y prepararse para ir a trabajar, eso los días que yo no tenía que salir temprano a mi trabajo sino ya lo hacía junto con mi hija.
 Ahora, sólo salgo con ella cuando tengo que salir temprano y sino una vez que ella se fue, yo solitaria y libremente vuelvo a la camita con los dos o tres grados de temperatura que hace dando gracias a Dios de que me dejó libre del verdugo que me tenía atada con cadenas.
 De las vacaciones ni qué hablar, ahora salgo cuando quiero y adonde quiero y si quiero con quièn quiero...
 No tengo limitaciones con el televisor y menos con la computadora, cocino si tengo ganas y sino compro comida hecha o con mi hija nos arreglamos con cualquier pavada, las mujeres somos menos exigentes con el tema comida. Cuando èl estaba jamás podíamos comprar pizza hecha porque no, el señor campesino quería todo hecho en casa, hasta la masa la quería casera!!
 Las vacaciones eran todo un tema. Nunca nos poníamos de acuerdo adónde ir. Sin hablar que él siempre quería ir al interior a visitar su familia. Lo hice los primeros años, pero después me harté y empecé a insinuar ir a la playa, Dios! era como decirle ir al infierno! Al fin después de muchas peleas aceptaba y manejaba todo el camino con cara de bulldog, pero luego entre la pesca y los amigos circunstanciales que siempre se hacía (hinchaba también con eso de llenarse de amigos) al fin la pasaba bien. Yo a veces creo que se oponía un poco y al principio por ignorancia y después por el mero hecho de contrariarme, porque eso siempre le gustó, le encantó contrariar a la gente de su familia más cercana, en el caso, mis hijas y yo.
 En cambio vivir sola pero con pareja afuera de nuestra casa y sin demasiados compromisos me parece una manera sana de vivir. Se tienen los sentimientos, se tiene el amor y se mantiene la libertad.
 Por eso desde hace doce años me siento una mujer libre, que vive como quiere, donde quiere y hace lo que quiere siempre dentro de lo que significa la forma urbana de vivir y las responsabilidades, pero fuera de ello, nadie me ata, nadie me obliga a lo que no quiero hacer y puedo decir que sin pareja conviviente soy una solitaria feliz, porque para mí, soledad... se llama... LIBERTAD...

sábado, 30 de julio de 2011

Miedo a la soledad, ¿Cómo afecta a tus relaciones?



En la sociedad en que vivimos está estipulado que los hombres deben vivir en pareja. La condición humana es vivir con otro y formar una familia. Esta es la imagen que nos han vendido desde tiempos remotos y que todos seguimos a rajatabla cuando llegamos a la edad adulta.
De hecho, todavía hoy son criticados por muchas personas aquellos que eligen vivir en soledad o que se saltan la norma y deciden llevar unas relaciones diferentes (solteros, separados, parejas gays, parejas sin hijos). Con todo, se entiende que el ser humano recibe de su ambiente unas presiones que le impulsan a cumplir con lo establecido.
Esto se puede convertir en un problema cuando no somos conscientes y no racionalizamos nuestra situación actual sanamente. Son muchas las personas que llegadas una edad se sienten presionadas por conseguir novio o pareja, y muchas otras las que mantienen parejas que no les interesan por no salirse de la norma y por miedo a la soledad (por suerte cada vez menos).
El miedo a la soledad y a enfrentarse a una nueva vida hace que muchas personas mantengan una situación de pareja, conflictiva o simplemente rota por el tiempo o por la situación, ya no hay cariño ni amor, sin embargo seguimos la monotonía del día a día sin plantearnos otra opción. También entra en juego aquí la dependencia que ha surgido de esa persona, ya sea una dependencia material o emocional, a menudo las personas no se separa por problemas económicos, o por los hijos o porque creen que no podrá vivir sin el otro, se siente inútil para llevar una vida en solitario. De tal manera que ante posibles problemas corre un “espeso velo” que le impide ver la realidad y seguir en su rol de familia feliz.
Esta persona se está engañando a sí misma con excusas, defendiendo a la otra parte, buscando solo lo positivo de estar juntos, etc. El hecho de mantener la relación es por un beneficio secundario que se recibe día a día y que refuerzo el seguir en la misma situación, este beneficio puede ser económico, o compañía, tener cosas que hacer, etc. Dentro de esta dinámica también participan a menudo, el “aguantar todo”, el “positivizar en exceso la situación”, el “no dar importancia a ciertas cosas”. Todo esto ayuda a camuflar la realidad y a vivir en un mundo de fantasía que no existe.

¿Porqué tengo que aguantar?

Para solucionar esta situación será primordial empezar por flexibilizar esas reglas rígidas de las que hablé al principio y que obligan a la persona a mantener su situación, son frases como “tienes que aguantar por tus hijos”, “la mujer debe estar con su marido”,”adonde vas a ir sola/o”, etc. Por supuesto será difícil cambiar eso en los demás pero no tanto en nosotros mismos. Podemos flexibilizar estar normas sociales, ¿Por qué debo estar con mi marido pase lo que pase? ¿Dónde está escrito? ¿Quién lo dice? ¿Hay alguna ley que me impida separarme? ¿Porqué tengo que aguantar? La respuesta a todas estas preguntas es NO, entonces por qué no cambiar.
Otro punto importante en este proceso será el de positivizar la idea de soledad, no todo es malo en la vida de soltero, de hecho muchos casados la echan de menos porque les permitía unas cosas que al estar casados no pueden hacer. Se puede disfrutar de estar solo, y de hecho las personas que eligen esta opción, están muy contentos de haberla elegido. Desde luego, lo más positivo de estar solo es la independencia, poder hacer lo que quiero, cuándo quiero y con quién quiero, sin obligaciones adquiridas de antemano.

La vida en solitario aporta muchas cosas buenas:

Encuentro conmigo mismo

Puedo hacer lo que yo quiero y no lo que esperan de mi

Puedo ocuparme de mi casa y mi trabajo y disfrutar de ello

Podré organizar mi tiempo como más me apetezca

Podré ocupar mi tiempo en hobbies e inquietudes que había dejado de lado

Podré dedicarme a conocer gente nueva y a disfrutar de lo que, me puedan aportar

Podré iniciar una nueva relación más sana y sincera que la que ante he mantenido durante tanto tiempo

Fomentar mi yo interior para saber siempre lo que quiero y no vivir en un mundo de fantasía que no cuadra con la realidad

Organizar eventos, fiestas en casa

Organizar viajes y salidas de modo independiente

Felicitarte todos los días por haber sido capaz de salir de la situación de pareja en la que estabas inmerso

Recuperar antiguas amistades

Estudiar algo, trabajar si no lo hacía antes, con las cosas buenas y malas que ello conlleva

Sentirme útil ayudando a otros,( familiares, amigos), ofreciéndome para trabajos , mudanzas , etc. También así fomento las amistades

Positiviza la situación actual y recuerda todo lo malo de la anterior

En definitiva: vivir por ti mismo y ser autónomo



El miedo es difícil de superar, pero una vez tomada la decisión, todo será un proceso lento y con logros pequeños que poco a poco encauzarán tu vida hacia un momento más pleno y gratificante. Sólo tienes que juntar fuerzas y comenzar desde cero, poco a poco y sin prisa. Plantéate objetivos pequeños día a día sin pensar en lo que te gustaría conseguir al final de todo el proceso, así obtendrás gratificaciones más rápidas y cada día por los logros conseguidos y no focalizarás tu atención en lo que todavía te queda por hacer.
Piensa que todo objetivo conlleva un trabajo hasta conseguirlo, las cosas no vienen solas, tendrás que mantenerte firme sin perder tu objetivo de vista ya que sólo tú serás el responsable de llegar a buen puerto. Soluciona los problemas día a día y no dejes ningún cabo suelto, recuerda que puede aparecer en el futuro y estropear todo lo conseguido.

Fuente. Mujer.terra.es