viernes, 13 de noviembre de 2009

PUEDE SER AGRADABLE VIVIR EN SOLEDAD


El que no la ha vivido tiene quizás una noción equivocada o por lo menos distinta de lo que es vivir en soledad.

Es cierto que a veces una la siente como algo pesado que debemos cargar en nuestras espaldas, como una nueva cruz que fue cambiada por la anterior en que estábamos acompañados. Pero puedo asegurar que la mayoría de las veces cuando pienso y siento mi soledad me digo a mí misma, Dios me cambió la cruz pesada por una más liviana en ese aspecto.

El famoso dicho "mas vale solo que mal acompañado" es una gran verdad y yo he podido comprobar cuánto de cierto tiene esto y el vivir o estar siempre rodeado de gente que a uno no le gusta o que es molesta o vulgar o inclusive esos que hablan y hablan solo por el hecho de haerlo. Emiten palabras para tapar al silencio pero esas palabras generalmente están huecas, vacías de contenido, es como si uno apretara una nuez y dentro no hubiera nada, sólo se hizo ruido pero no se pudo saborear el fruto.

Bien, muchas veces he sentido eso cuando he estado acompañada, ya sea por mi ex- marido como por su familia o por otras personas generalmente de su amistad. Porque él tenía la costumbre de tener muchos amigos y reunirlos en casa en grandes fiestas o asados; pero todos eran así, como nueces vacías y yo me aburría tanto... Encima que me pasaba cocinando, sirviendo, ordenando, limpiando, cuando me iba a sentar a la mesa tenía que escuchar ese tipo de conversaciones. Realmente sólo las escuchaba porque ya era demasiado tanto peso. Eran simples chácharas donde se hablaba de obviedades y se hacían chistes obscenos sin gracia alguna. Nunca hubo en esas reuniniones una conversación en la que me sintiera realmente involucrada y si por casualidad se llegaba a dar aunque sea el principio de un tema así que a mí me entusiasmaba, siempre aparecía el susodicho consorte a recordarme que había que traer tal o cual ensalada, o el postre, estaba muy claro, tenía un gran complejo de inferioridad y cuando veía que yo me ponía a hablar de un tema que me interesaba sabía perfectamente que lo superaría ampliamente en conocimientos y sustentaciones, por lo cual su costumbre era sacarme inmediantamente del tema mandándome a la cocina. Por supuesto que delante de la gente yo no podía dicutir y lo hacía, claro ya había perdido la única oportunidad de hablar de algo que me gustaba, cuando volvía ya estaban hablando otra vez del tiempo y de cacerolas. Muchas veces esto fue motivo de grandes discusiones a posteriori de la reunión en el dormitorio y por supuesto esta fue una, sólo una de las cosas que fue horadando nuestra relación.

Cuando recuerdo aquellos momentos me siento feliz de estar sola, es cierto no salgo ni traigo gente a casa, pero es que ya he llegado al punto de nadie me conforma y de que las conversaciones de los demás me aburren y entonces prefiero estar sola y conversar o monologar con mi compu, a quien le puedo contar todo esto y auque no me comprende, quizás alguien que pase y lea aunque no deje ningún comentario lo puede entender y eso ya me conforma.

La soledad puede ser una amiga muy fiel y muy compañera al mismo tiempo. En soledad podemos crear, en soledad podemos pensar, en soledad podemos llorar y reir, en soledad podemos leer y escribir en esta máquina todo el tiempo que queramos. No le tengo miedo a la soledad, busqué otra cosa para mi vida, pero si se dio la soledad...bienvenida sea, no necesito a nadie para estar en paz, que es lo único que me importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario